Sistema operativo Linux: Preparar el disco duro

Lo primero que tienes que saber es que puedes instalar Linux sin problemas en el mismo disco donde tienes instalado Windows, y usar el cargador LILO (LInux LOader) para elegir con qué sistema operativo quieres iniciar cuando se encienda el ordenador, de forma que puedas usar indistintamente Windows o Linux según tus necesidades. No tienes que preocuparte por instalar el LILO, ya que se hace de forma automática cuando instalas Linux.

Linux utiliza su propio sistema de archivos Extended 2 (ext2), del mismo modo que los sistemas Windows usan FAT, FAT32 o NTFS, pero si esto te suena a chino no te preocupes, que solo es para mostrar que es necesario hacer todo lo que viene a continuación. Algunas distribuciones de Linux como WinLinux permiten instalarse dentro de una unidad de Windows. Es decir, que no hace falta nada especial para instalarlo, sino que se instala "como si" fuese un programa más. Para llevar esto a cabo, se emplean dos métodos: usar umsdos que son unas extensiones al sistema de archivos FAT que usa Windows que permiten hacer uso de los permisos de usuario y enlaces simbólicos característicos de Linux (no te preocupes ahora por saber qué es eso, ya lo veremos), o bien crear un fichero imagen (tan grande como quieras que sea la partición que va a usar Linux) que contiene un sistema de archivos tipo ext2 donde se instala Linux. Ambos métodos tienen la ventaja de que no es necesario modificar el tamaño de las particiones del disco, sino tan solo tener suficiente espacio libre dentro de la unidad donde está Windows para dar cabida a Linux. Sin embargo, el rendimiento general de un sistema se ve sensiblemente reducido si se instala en una partición con un sistema de archivos no nativo de Linux. Es recomendable que se instale Linux en una partición de tipo Extended 2. Yo en particular he instalado unas cuantas distribuciones usando el método de la imagen de disco y el ordenador va lentísimo cuando arrancas con Linux, se nota mogollón que es algo no natural, aunque si quieres probar Linux con la idea de luego quitarlo, quizá sea la mejor manera de hacerlo.

Lo más normal es tener toda la capacidad del disco ocupada con una o varias particiones de Windows, que se muestran en el explorador como letras C:, D:, etc. Para instalar Linux tendrás que dejar espacio libre en el disco para poder crear una nueva partición que sea de tipo ext2. Para ello existen varias soluciones, unas más sencillas que otras. Se podrían eliminar todas las particiones y crearlas de nuevo de forma que no ocupen completamente todo el disco duro. Evidentemente esto es un trastorno, pues necesitas hacer una copia de seguridad de tus datos, e instalar de nuevo Windows además de Linux.

Una solución más sencilla, a lo que vamos realmente en esta lección, es reducir la partición ya existente de Windows para dejar el espacio libre necesario. Para ello se puede emplear FIPS que forma parte de cualquier distribución de Linux. FIPS reduce el tamaño de una partición DOS (FAT o FAT32). Para poder usarlo en condiciones, hay que desfragmentar el disco duro antes con el fin de agrupar todo lo que tienes al principio del mismo y dejar el espacio libre de forma contigua. No te eches las manos aún a la cabeza, porque además falta un detalle. Cuando desfragmentes el disco duro con el desfragmentador de Windows tienes que desactivar una opción que dice que es para acelerar el inicio de aplicaciones, porque si no lo haces, el amigo Bill Gates ocupará todo el disco y será aún peor de lo que era antes de desfragmentarlo. Aconsejo personalmente usar cualquier otra utilidad que sea más rápida y eficiente, como por ejemplo el SPEEDDISK que viene con las Utilidades Norton.

El programa FIPS lo puedes encontrar en alguna carpeta dentro del CD de Linux que se llama DOSUTILS o algo parecido (es lo más normal), y te tendrás que leer la documentación del mismo, donde explica muy clarito el proceso para reducir el tamaño de tu partición actual.

Otra cosa que puede ocurrir es que no tengas que hacer nada de esto porque tengas un segundo disco duro en el que no tienes nada o símplemente tienes unos cuantos ficheros de documentos por ejemplo. En este caso, lo único que tienes que hacer es dejar vacío ese disco duro (por no perder lo que tengas, si te da igual perderlo no es necesario dejarlo vacío) y a continuación tienes dos opciones. Puedes eliminar la partición actual con el FDISK del MS-DOS y dejar el disco limpio o dejarlo como está y luego quitar la partición en el momento de la instalación en el que tienes que crear las particiones para Linux, pero eso tan solo es cuestión de gustos. Mi opinión es que el FDISK de Linux es mucho más potente, por lo que yo dejo el disco como está y luego elimino la partición durante el proceso de instalación.

De todos modos, si tienes algún problema con ésto no dudes en preguntarme. Puedes contactar conmigo haciendo click aquí.


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